La cocreación de un mundo mejor depende de nuestro estado mental.Autor: Jose Manuel Tallón, coordinador del Área de Liderazgos Auténticos y Gestión de Personas en el Máster Internacional de Economía Humana. Cofundador de la Escuela Internacional de Negocios Empresariales – EINE, una escuela de emprendimiento, liderazgo, coaching e inteligencia emocional para empresas.
Desde hace años, suelo comenzar mis talleres formativos contando un cuento Zen, “Las puertas del Cielo”. Es una forma de empezar a desprogramar , incluso antes de introducir conceptos teóricos.
El cuento del Guerrero Samurái
Un guerrero samurái, fue a ver al Maestro Zen Hakuin y le preguntó:
-¿Existe el infierno?
-¿Existe el cielo?
-¿Dónde están las puertas que llevan a ellos?
-¿Por dónde puedo entrar?
Era un guerrero sencillo. Los guerreros siempre son sencillos, simples, sin astucia en sus mentes ni ningún propósito trascendente. Sólo conocen dos cosas: la vida y la muerte. En realidad, él no había venido a aprender ninguna doctrina; simplemente quería saber dónde estaban las puertas, para poder evitar la del infierno y entrar en el cielo.
Hakuin le respondió:
- ¿Quién eres?
Soy un samurái, le respondió el guerrero, ¡un jefe de samuráis! (En Japón, ser un samurái era algo que daba mucho prestigio. Significaba ser el guerrero perfecto, un hombre que no dudaría un segundo en arriesgar su vida). Hasta el Emperador mismo me respeta, dijo.
Hakuin se rió y contestó:
- ¿Un samurái, tú?, pareces un mendigo.
El orgullo del samurái se sintió herido y olvidó para qué había venido. Sacó su espada y cuando estaba a punto de matar a Hakuin, éste le dijo:
- Esta es la puerta del infierno. Esta espada, esta ira, este ego te abren la puerta.
En ese momento el guerrero entendió que vivía una vida de infierno, llena de odio, rencor y violencia, y que el maestro había arriesgado su vida para darle una lección.
Puso de nuevo la espada en su cinto y Hakuin dijo:
- Aquí se abren las puertas del cielo.
Las puertas del cielo y del infierno están en nuestro interior - son estados mentales y depende de nosotros cuál decidimos alimentar.
Cuando nos comportamos de forma inconsciente, alimentando emociones como los celos o la ira, por ejemplo, estamos abriendo las puertas del infierno.
Cuando estamos alerta y conscientes, favoreciendo un estado mental positivo como la amabilidad o la gratitud, abrimos las puertas del cielo, contribuyendo a nuestra paz mental y la de los demás, haciendo del mundo futuro un lugar lleno de esperanza y confianza.
Así de simple y así de complicado.
Muchos pensaréis, ¡no es tan fácil!, y tenéis razón, no es sencillo, pero es simple.
Desarrollar nuestra coherencia conciencial es un ejercicio de la voluntad que requiere de mucha práctica y de usar nuestra intención con ese propósito.
La pregunta clave que nos deberíamos hacer siempre antes o después de actuar ante cualquier situación sería:
¿Este estado mental que voy a experimentar o que he experimentado me conduce o no a la felicidad?
“Se amable, pues cada persona con la que te cruzas está librando su ardua batalla” Platón
Este cambio a un estado mental positivo es imprescindible cuando nos queremos convertir en referentes inspiradores, líderes auténticos capaces de generar un impacto positivo, sea en nuestra vida personal o dentro de las organizaciones de las que participamos.
¿Te apetece participar activamente en la transformación de la sociedad?
Desde el Máster Internacional en Economía Humana - MIEH, te invitamos a transitar juntos este camino de transformación, personal, social y de nuestra forma de hacer la economía en el mundo.
Súmate a la transformación y cocreemos juntos un mundo mejor ¡Es el momento!