Por Mabel PrietoEl pasado sábado realizamos el 3er Módulo de la formación Claves y Recursos para la Transformación dedicado a profundizar en el tema de la Prosperidad.
Desde la visión que propone Economía Humana, la Prosperidad es una cualidad innata que nos permite, tanto a personas como organizaciones, manifestar los recursos que necesitamos en cada momento para actualizar nuestro potencial innato. Está directamente relacionada con la materialización de nuestro propósito vital.
Os compartimos el testimonio de Mabel Prieto, alumna de la formación y miembro del equipo de Finanzas Sostenibles de Economía Humana que está en proceso de creación.
El tema del Módulo de hoy ha sido la Prosperidad.
¿Cómo podemos generar las condiciones óptimas que nos encaminan hacia en ella?
Desde la óptica de Economía Humana, la prosperidad es el resultado de interactuar con el mundo respetándote a ti misma, a la organización con la que te relacionas y al sistema que lo engloba todo (humanidad, planeta…).
Este triple aspecto posibilita el Punto de Equilibrio necesario para generar una Prosperidad en el que todas las partes implicadas ganan, un triple win - win - win.
Desde mi formación y experiencia económico-financiera, veo esta forma de interactuar como óptima no sólo para individuos sino también para empresas y organizaciones.
Así, las empresas cambiarían el foco de la maximización de beneficios a la maximización de la prosperidad.
Serían respetuosas con sus empleados y procesos internos; con sus proveedores, clientes e instituciones con las que se relacionan; y el sistema mayor en el que se engloban.
Integrarían las llamadas externalidades que se estudian en las carreras económicas. Una externalidad es un coste o beneficio que una actividad económica no integra dentro de su resultado.
¿Y si las grandes petroleras integrasen el coste ambiental que están infringiendo al planeta en su resultado?
¿Y si las empresas que deslocalizan su producción en países donde los derechos humanos no están protegidos garantizasen derechos laborales básicos, incluso sanitarios, para sus empleados?
Una integración de estos “efectos colaterales” ofrecería un mejor indicador del resultado e impacto de las empresas, nos indicarían cuánta prosperidad crean para todas las partes implicadas.
Mucho más completo y revelador que el beneficio económico al que estamos acostumbrados ¿verdad?
Autora
Mabel Prieto, Licenciada en Administración y Dirección de Empresas y miembro del Equipo de Finanzas Sostenibles de Economía Humana