Este artículo está especialmente dirigido a practicantes y estudiantes de Lectura Kinesiológica de Campo (LKC), así como a cualquier persona interesada en la gestión de los intangibles. Forma parte de una serie de artículos con novedades, insights y ejemplos prácticos sobre LKC que nos permitan avanzar en la exploración y aprendizaje de esta de esta fascinante metodología.
En el artículo de hoy, abordamos los límites y potenciales de la información recibida de campo, y exploramos la interrelación entre lo absoluto y lo relativo en este contexto.
Como bien sabemos, la práctica de la LKC es un camino de aprendizaje que nos invita a explorar el universo de los intangibles. Nos permite medir y entender conceptos abstractos como los Niveles de Calibración, de Prosperidad, de Idoneidad y de Veracidad, entre otros. Sin embargo, en el viaje de tangibilizar lo intangible, es fácil caer en la trampa de considerar los valores y la información recibidos de campo como absolutos. En este punto, es crucial recordar que es imposible contener la VERDAD en palabras o números, ya que todo está en constante transformación. La información que recibimos con LKC contiene diferentes niveles de veracidad, pero no es la VERDAD.
Por el contrario, un valor obtenido mediante la LKC se asemeja más a un fotograma en una película o a un pequeño punto en el espacio infinito. Es decir, los datos que obtenemos son relativos y requieren un seguimiento constante para ubicarlos en el tiempo como parte de un proceso en curso. De esta manera, podemos monitorizar su evolución con fines operativos y de aprendizaje.
En este contexto, la Metodología de Evaluación de Economía Humana, que armoniza información tangible e intangible, desarrollada por Mabel Prieto y Abel Sampériz, y fundamentada en la LKC y la Teoría del Cambio, aporta un valor inmenso. Esta metodología actúa como una herramienta esencial para navegar en el universo de lo intangible, permitiéndonos embarcarnos con confianza en un viaje que va más allá de las lógicas lineales y del apego a las formas.
Por otro lado, los cuatro principios fundamentales de entrenamiento del LKCer: la Confianza, la Humildad, el Discernimiento y la Ecuanimidad, conforman una brújula indispensable para navegar por este flujo constante de cambio, siempre con el objetivo de buscar el bien mayor para todas las partes involucradas. Estos cuatro principios nos ayudan a comprender la impermanencia y a evitar el apego a la información recibida, previniendo así caer en estados de euforia o desánimo desmedidos. Gracias a estos principios, podemos celebrar nuestra evolución, recordando siempre la importancia de mantener un seguimiento constante para ajustar nuestro enfoque a medida que avanzamos y evolucionamos.
En conclusión, la Lectura Kinesiológica de Campo - LKC nos ofrece una poderosa herramienta para explorar el universo intangible y entender su interrelación con lo tangible. Nos recuerda que, aunque los valores y la información que obtenemos pueden ser útiles, no son absolutos y requieren una monitorización constante. La LKC nos invita a navegar en este flujo constante de cambio con confianza, humildad, discernimiento y ecuanimidad. Nos reta a liberarnos del apego a las formas y a embarcarnos en un viaje más allá de los números. Al final, la verdadera sabiduría radica en entender que somos parte de un universo en constante transformación y que nuestra percepción y comprensión también deben evolucionar. Este es el verdadero aprendizaje que nos ofrece la LKC: la capacidad de adaptarnos, evolucionar y co-crear nuestra realidad.
Artículo elaborado por Maribel Guzmán, CMO en Economía Humana, como resultado de la sistematización comprensiones e interacciones surgidas en el Núcleo de la LKC integrado por Ferran Caudet, Teresa Rodeja, Emma Moreno, Mabel Prieto, Jose Félix Liberal, Gabriel Gomera, Claudia Fuenteambla, Pamela Funés y Christian Mecca.