En el siguiente artículo nos sumergimos en el mundo del ebanista Germán Peraire. Un apasionado de la madera que crea piezas únicas de mobiliario siguiendo un proceso de trabajo artesanal que respeta los ciclos de la luna.
Desde tiempos inmemoriales, nuestros antepasados han observado cómo la luna influye en el crecimiento de las mareas, en las cosechas y en el comportamiento de la fauna. Éste es un conocimiento que perdura y puede ser incorporado a nuestra rutina de trabajo.
Una parte de mi oficio consiste en recuperar árboles que han de ser talados (a veces plantados por un antepasado de mi cliente), y darles una nueva vida en forma de mobiliario. Siguiendo el lunario, podemos señalar las fechas en que obtendremos maderas más estables y resistentes a los parásitos.
Tala realizada por un arbolista profesional en buena luna.
El árbol fue talado porque causaba problemas en el entorno.
Tengo la suerte de disponer de un aserradero, así que puedo hacer yo mismo el despiece de los troncos para obtener tablones a medida de los componentes que voy a necesitar. Hay todo un saber acumulado entorno a cómo hacer el despiece de los árboles, ya que la orientación de los cortes influye enormemente en la apariencia y comportamiento del material. Tomar estas decisiones in situ es de por sí un oficio que se aprende con la práctica y que requiere una actitud de observación y respeto por el material.
Una parte del mismo cedro de la fotografía anterior, en el aserradero.
Sacando un tablón de corte radial (con los anillos perpendiculares a la superficie). Esta orientación proporcionará un veteado recto y uniforme, y un material muy estable.
Dos cortes diferentes del mismo árbol (aún del cedro anterior). A la derecha un corte radial de la zona central del tronco nos ofrece vetas rectas y ordenadas, muy adecuadas para componentes rectos en el mobiliario. A la izquierda, el resultado de un corte tangencial en la horcadura nos ofrece un buen motivo para puertas o frontales de cajones.
Una vez cortados los tablones, éstos deben reposar uno o varios años en un proceso largo de secado y aclimatación, hasta que estarán listos para llegar al último estadio: la construcción del mueble.
Roble en proceso de secado
Un espectacular nogal de 6m plantado por un antepasado de mis clientas a principios del siglo XX. Murió por causas naturales.
Para la fabricación de mis piezas utilizo una combinación de maquinaria sofisticada y herramienta manual, lo cual me da la posibilidad de ofrecer un trabajo de máxima calidad sin olvidar el cuidado de lo artesanal y hecho a medida.
Encaje en colas de milano cortadas a mano.
Balda flotante con cajón. En este caso, se trata de nogal y fresno importados de Norteamérica.
Tabla para quesos en roble del pirineo, recuperado.
Cama doble a medida.