Por Amira MaslubLos conflictos forman parte del día a día de cualquier persona, comunidad y organización. Se dan tanto en el ámbito íntimo, privado (pareja, familia, hijos, etc) como público (laboral, comunitario, etc).
A pesar del rechazo que generan, en sí los conflictos no son buenos ni malos. Más bien, constituyen una oportunidad de crecimiento personal y profesional. Todo depende de cómo los gestionamos.
El pasado Viernes 06 de noviembre conocimos herramientas y técnicas propuestas por Águeda del Castillo y Adrián Prada para la resolución consciente de conflictos.
Amira Maslub comparte en este post algunas de las técnicas que se compartieron en el encuentro.
Los conflictos existen y no podemos negarlos. Precisamente, ese fue eje del desayuno de resolución consciente de conflictos: aceptar que en las vidas personales y en el ámbito empresarial constantemente se presentan situaciones conflictivas sobre las que debemos actuar.
El éxito de una empresa depende casi en su totalidad de las relaciones entre las partes. A la hora de resolver los conflictos es fundamental tener esto en cuenta, y trabajar desde esa consciencia con uno mismo para reparar los daños.
Asimismo, es importante aprender a separar la observación y la propia evaluación que podamos tener en (de) un determinado momento. Como seres humanos, muchas veces aconsejamos, opinamos, relativizamos, consolamos o negamos los sentimientos de las personas que nos rodean. El problema es que esto no genera una conexión, sino que bloquea la comunicación. De aquí la importancia de tener la capacidad de escuchar, conectar y sentir las intenciones de la otra parte.
Esquema visual del contenido elaborado por Maria Arranz, participante en el encuentro,
Una de las herramientas que me resultó muy interesante y fue comentada en este desayuno es la de “realizar una arquitectura de conexión”. ¿Cómo se logra esto? A través de la autobservación y practicándolo día a día: siendo conscientes de cómo escuchamos al otro, el espacio que le damos. Centrándonos en el ser humano, y aprendiendo a separar y no mezclar la estrategia de la necesidad.
Luego de este taller, me he dado cuenta la importancia de poner en juego la arquitectura de la conexión. He entendido que en la vorágine del día a día, muchas veces buscamos “salirnos” de los conflictos o “terminarlos” de la manera más rápida. Y en esta “salida rápida” a veces prima el egoísmo: solemos anular o minimizar a la otra persona, asumiendo que, sea como sea, la razón es nuestra. Por eso, es fundamental frenar y comprender la importancia de ESCUCHAR para RESOLVER. Entender que no hay un único punto de vista, y que la opinión o postura de otra persona es tan válida como la mía. Y entender también que sólo desde esta actitud empática es que realmente le damos real valor y construimos mejores relaciones.
Autora
Amira Maslub, experta en marketing consciente y miembro del Equipo de Comunicación de EH.