Decidí participar en la formación de Economía Humana en un momento vital clave en el que necesitaba un cambio  estructural. La formación ha supuesto un soplo esperanzador de aire fresco. Me llevo la necesidad de emancipar la esencia, desidentificarnos, cooperar, sentir, hacer, pensar, escuchar, cocrear, simplificar, sentirnos prósperos y compartir nuestros talentos. La recomiendo a todas las personas que quieran ver que se puede crear desde otro lugar.