Me hice miembro a Economía Humana porque necesito un campo común de crecimiento en el ámbito profesional en torno a la consciencia, la cooperación, la apertura mental y el compromiso. He recibido asesoramiento, apoyo, contactos, formación valiosísima, la sensación de comunidad y de estar avanzando en compañía. Lo que más disfruto es la certeza de que todos los miembros somos igualmente importantes y valiosos para sostener algo mucho más grande que la suma de todos; es una cocreción y eso se puede palpar en cada evento. Recomiendo Economía Humana a todas las personas que sospechen que hay otras formas de ganarse la vida que no pasen por competir o escalar hasta la extenuación.