"Frente a los desafíos globales, el desarrollo interior no es solo una opción, sino una necesidad urgente para transformar nuestra relación con nosotros mismos, los demás y el planeta".Lucas Carballo Pozzo Ardizzi, miembro activo de Economía Humana en Argentina, acaba de regresar de Suecia tras participar en el programa piloto de Embajadores de los Objetivos de Desarrollo Interior (ODI), organizado por la Fundación Ekskäret. Este innovador movimiento global conecta el desarrollo interior con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), proponiendo que los grandes desafíos del mundo deben enfrentarse fortaleciendo nuestra habilidad.
En esta entrevista Lucas nos comparte su experiencia y su conexión con Economía Humana.
Lucas, has vivido una experiencia única. ¿Cómo fue tu participación en este programa?
Fue una experiencia transformadora. Estuvimos del 14 al 17 de noviembre en la isla Ekskäret, cerca de Estocolmo, un lugar idóneo por su belleza natural, por su impronta ancestral y por su historia como centro de encuentro de culturas, propicio para el desarrollo vincular. Durante esos días, junto a 22 personas de diversas partes del mundo participamos en una experiencia inmersiva, combinando espacios de conexión y prácticas, como rituales al amanecer y saunas con baños helados, con reflexiones profundas sobre el desarrollo interior y aprendizajes sobre cómo facilitar y expandir el impacto de los Inner Development Goals (IDG) (conocidos como Objetivos de Desarrollo Interior, en español).
El programa no solo fue una experiencia personal, sino también una oportunidad para conectar con líderes globales comprometidos con el desarrollo humano. La clave fue entender que el desarrollo interior no es solo una herramienta, sino una necesidad urgente frente a los desafíos globales.
¿Qué potencial ves en la conexión entre los IDG y Economía Humana?
La conexión entre ambas iniciativas es natural porque comparten un propósito común: colocar a las personas en el centro del cambio. Economía Humana ya trabaja desde la intuición, los valores y la creatividad para generar impacto real, mientras que los IDG subrayan que no habrá desarrollo sostenible sin transformar nuestras relaciones con nosotros mismos, los demás y el planeta.
Así pues, la colaboración entre ambas puede ofrecer herramientas valiosas para fortalecer la colaboración y la resiliencia, creando puentes entre personas, sectores y territorios. En este sentido, Economía Humana puede desempeñar un papel clave gracias al desarrollo de tecnologías humanas y sociales, como la Lectura Kinesiológica de Campo (LKC), que fortalecen la colaboración genuina y la capacidad de adaptación.
¿Cómo conecta esta experiencia con tu rol en Economía Humana?
Mi experiencia con Economía Humana sin duda me aporta una comprensión diferencial sobre los procesos individuales y colectivos de gran utilidad práctica a la hora de acompañar espacios para el desarrollo interior desde el marco de los IDG. Aquí he aprendido que lo importante no es solo el resultado, sino el camino para llegar a él, basado en la confianza, la intuición y la colaboración genuina.
Desde esta perspectiva, mi rol como miembro activo me ha permitido facilitar espacios para el desarrollo interior que promuevan cambios reales, alineados con los valores de ambas iniciativas.
¿Qué próximos pasos vislumbras tanto para los IDG como para Economía Humana?
Veo una gran oportunidad de colaboración. Los embajadores IDG estamos llamados a ser agentes de conexión, y estoy convencido de que unir esfuerzos entre Economía Humana y el movimiento de los IDG puede generar impactos significativos en comunidades globales. Esto incluye compartir metodologías como la LKC, crear sinergias, y promover espacios de aprendizaje compartido.
¿Qué te llevas de esta experiencia?
Una profunda conexión con mi propósito y una mayor certeza de que podemos co-crear un mundo mucho mejor que el que estamos viendo hoy. Este es un momento clave para ser creativos y valientes, imaginar futuros posibles e impulsar juntos su manifestación. Siento una profunda gratitud de ser parte de este proceso y seguir aprendiendo, como puente entre estos caminos que, más que cruzarse, convergen hacia un horizonte común.
Para cerrar esta conversación, ¿hay algún mensaje o reflexión que te gustaría compartir con los lectores?
Sí, me gustaría invitar a todos a reflexionar sobre la importancia del desarrollo interior como base para cualquier cambio significativo en el mundo. Los grandes desafíos que enfrentamos como humanidad requieren no solo soluciones externas, sino una transformación profunda en cómo vivimos, sentimos y nos relacionamos.
Cada pequeño paso que demos hacia nuestro crecimiento personal tiene el potencial de inspirar y transformar a quienes nos rodean. Así, juntos, podemos imaginar y construir un futuro más humano, sostenible y colaborativo. "Se expande hacia todo lo que tocamos."
Autor: Leticia Torres
Publicación original del programa piloto de Embajadores de los Inner Development Goals (IDG) organizado por la Ekskäret Foundation, The New Division y la Fundación 29k: Inner Development Goals - idg.tools.