De la fuerza interior a la transposición
“El ego siempre se proclama autosuficiente: prefiere pasar por lobo solitario antes que pedir ayuda” (extraído del libro El camino del artista)
Es inevitable, cuando hablamos de creatividad, pensar en Competencia con “C” mayúscula; los ojos se achinan, la mente se agudiza y sobreviene la angustia.
Inventamos pretextos que se focalizan en los demás: ¿Alguien ya lo habrá pensado? ¿Lo habrá hecho o dicho mejor? ¿Soy original?
Si ignoramos nuestro compromiso interior, con nuestro propósito trascendente, el costo se hace rápidamente evidente en el mundo exterior. Pero… ¿Cómo trasladar este pensamiento purista a nuestros equipos, siendo fiel a nosotros mismos? o ¿Cómo ser fiel a nosotros mismos, aun siendo competitivos?
Te invito con este artículo a mirar con nuevos ojos y renovar juntos el espíritu de la competencia.
Imaginemos por un momento una orquesta ensayando. El trompetista deja la trompeta y se pone a ensayar tocando el violín. Mientras lo hace, no pierde sus capacidades como trompetista. Pero al ocupar el lugar del violinista lo comprende mejor. Naturalmente, cada músico vuelve a tocar el instrumento que domina. Pero ese mejor conocimiento mutuo ya se ha producido. Y puede comportar descubrimientos muy agradables.
El mundo no deja de transformarse y de sorprender-ME
Si imaginamos a los equipos colaborativos como si fueran la translación de objetos, moviéndose en el espacio; ¿podemos pensar que son como cuerpos en la danza?... me da cierto cosquilleo en la panza.
Y si lo llevamos a las disciplinas de la ciencia y del arte, puede ser como un cruce de fronteras transdisciplinares; o dicho en su sentido semiótico, la transposición de lenguajes y sentidos diversos entre culturas.
Las palabras y los lenguajes son fundamentales para entender las transposiciones entre diversos medios, formatos y saberes, como un puente entre personas.
El trabajo de la Transposición va más allá de la transprofesionalidad, de la colaboración entre distintas profesiones; hablamos también de la transidentidad, es decir, ponerse en los zapatos del otro, entrar en una comprensión de las ideas ajenas y denominar las de “Propiedad colectiva”.
Este ejercicio acaba convirtiéndose en un proceso emancipador que impulsa y refuerza a todos los que participan de él.
Me pregunto, ¿Será que podremos resolver los problemas con nuevas o distintas inteligencias y, a raíz de ello, adquirir capacidades más humanas e íntegras, que ponen el foco en la interdependencia en lugar de la competencia?
Autora:
Valeria Luconi, profesora en el Máster Internacional en Economía Humana, Arquitecta y Creadora de espacios Conscientes
Píldora formativa en Inteligencia Colaborativa
El próximo 16 de junio, te invitamos a profundizar juntos en las claves para cocrear propuestas sostenibles y creativas en entornos de alta inestabilidad mediante el desarrollo de la inteligencia colaborativa desde una visión innovadora e integradora del liderazgo.
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